En cualquier organización empresarial, el apex o ápice de la misma siempre debe hacer el cálculo de sus costos. El costo marginal resulta entonces una herramienta microeconómica sumamente valiosa y útil cuando nos encontramos en el terreno de la producción.
El costo marginal se define como la variación en el costo total, ante el aumento de una unidad en la cantidad producida, es decir, es el costo de producir una unidad adicional.
Pasemos ahora a un ejemplo: Si el Costo Total de producir 100 unidades son 200 unidades monetarias y el costo de producir 201 unidades son 217 unidades monetarias, entonces el Costo Marginal son 17 unidades monetarias. El costo marginal depende de la tecnología utilizada en la producción y de los precios de los insumos.
En términos matemáticos, la función de producción relaciona el output con los inputs o factores de producción. En el corto plazo hay ciertos factores fijos. Introduciendo el precio de los factores se puede obtener el costo total en función de la cantidad producida. Derivando el costo total respecto a la cantidad se obtiene el costo marginal.
El costo marginal siempre tiene que ser inferior al costo medio, pero cuantas más unidades se produzcan, más se acercará al costo medio y para que se justifique producir mas unidades cuando dicho costo está por encima del costo medio, el precio de venta tendría que ser igual al costo marginal de la última unidad producida para que la empresa no incurra en pérdidas al producir esta última unidad. A medida que la escala de unidades producidas va aumentando las proporciones de la combinación de recursos fijos con recursos variables permite mejores rendimientos generales reduciendo la expansión de esos costos en proporción a las unidades adicionales producidas.
En política de precios el coste marginal nos marca el precio a partir del cual obtenemos beneficios, siempre y cuando se haya alcanzado el umbral de rentabilidad o punto muerto.